El machismo recalcitrante de Iglesias: del falso romance de Andrea Levy al abrigo de Ana Romero

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En las filas podemitas están demostrando tener la piel muy fina en su defensa de Irene Montero y, sobre todo, muy mala memoria. Han olvidado ya un viernes de 2016 en el que Pablo Iglesias subió a la tribuna del Congreso -nada menos que en pleno debate de investidura de Pedro Sánchez- con la lengua más suelta de lo habitual y no se le ocurrió otra cosa que empezar a bromear a costa de  la entonces vicepresidenta de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy. En un arranque de puro machismo el líder de Podemos dijo que la popular «se calienta» con el diputado de su partido, Miguel Vila.

Y ya lanzado, haciéndose eco de una broma más propia del bar del congreso, Iglesias abundó en su diatriba machista y ofreció su despacho para que «ambos se conozcan mejor».

«La política española se está calentando», afirmó el líder morado, ya que, según contó entre risas, «una diputada del Partido Popular, la señora Andrea Levy, bebe los vientos por un diputado de Podemos, el señor Miguel Vila».  Los protagonistas de la broma de mal gusto no sabían dónde esconderse.

Iglesias insistió en su discurso machista y afirmó que se sentía «preocupado» porque se veía incapaz de «controlar la virtud de sus diputados». Por eso, dijo, lo único que podía hacer es «facilitar su despacho».

El ex líder de Podemos ha protagonizado, además de este, numerosos episodios de machismo. Sin olvidar el desagradable episodio de su comentario sobre Mariló Montero – a la que «azotaría hasta sangrar»- también fue muy sonoro el que tuvo como víctima a la periodista Ana Romero.

Para evitar responder a una pregunta de Romero en una rueda de prensa, Iglesias no tuvo mejor idea que burlarse de ella afirmando: «¡Qué bonito abrigo de piel llevas!».

 

 

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